Vida de Lazarillo de Tormes y sus Fortunas y Adversidades
Tratado séptimo. Cómo Lázaro se asentó con un alguacil, y de lo que le acaeció con él
Despedido del capellán, asenté por hombre de justicia con un alguacil; mas muy poco viví con él, por parecerme oficio peligroso. Mayormente que una noche nos corrieron a mí y a mi amo a pedradas y a palos unos retraídos. Y a mi amo, que esperó, trataron mal; mas a mí no me alcanzaron. Con esto renegué del trato.
Una noche nos corrieron a mí y a mi amo a pedradas y a palos unos retraídos
Los alguaciles eran agentes de la justicia, se ocupaban de hacer cumplir las leyes por orden del juez que era el alcalde, solían ir siempre acompañados de escribanos, que daban fe de sus actos.
También podían contratar corchetes, también llamados hombre de justicia o porquerones, que prendían a los delincuentes y malhechores y los llevaban a la cárcel.